lunes, 21 de julio de 2014

Así vestimos, así pensamos...

Que la ropa que llevamos y cómo nos vemos con ella, afecta a nuestro estado de ánimo, todas lo habíamos notado. Por ejemplo: llegas a casa de la oficina hecha polvo, pero reposas un rato, te das un baño tranquilo, te maquillas y te pones los tacones con ese vestido que te encanta y…milagro!! 
El cansancio desaparece como por arte de magia, y estás lista para quemar la noche!!. (Bueno…igual no tanto, pero te sientes mucho más animada que un par de horas antes!) 
 
Pues ahora sabemos que este sentimiento tiene una base científica: según la investigadora Karen J. Pine, de la Universidad de Hertfordshire (HERTS) en el Reino Unido, los procesos mentales y las percepciones de la gente pueden verse alteradas por la las prendas que viste, ya que las personas tendemos a interiorizar el significado simbólico de nuestra indumentaria. (Es decir, por vivir en la sociedad en la que vivimos, crecemos asociando de forma inconsciente significados socialmente aceptados, a determinados elementos: por ejemplo, en general, el traje de chaqueta lo asociamos a seriedad y profesionalidad, las gafas, al estudio, el chándal, al deporte, las chanclas a las vacaciones, etc…).

En su libro “Mind What You Wear”, la profesora describe, por ejemplo, cómo las mujeres que participaron en un examen de matemáticas tuvieron peores resultados cuando vestían un traje de baño, que cuando llevaban un suéter. Asimismo, les propuso a un grupo de estudiantes vestir una camiseta de Superman y luego que realizaran un test. Cuando llevaban la camiseta, se calificaban a sí mismos como más agradables y superiores a otros estudiantes, y cuando se les preguntó cuánto peso calculaban que podían levantar físicamente, los que llevaban la camiseta del superhéroe pensaban que eran más fuertes que aquellos que vestían una camiseta convencional o su ropa habitual. (Qué curioso, no?)

(Y aunque esto no está en su estudio, me viene a la cabeza: esos compañeros de trabajo que todas tenemos, que cuando van trajeados de reunión en reunión se creen super-hombres … ¿no cambian una barbaridad cuando les vemos en vaqueros? Es que hasta su actitud es diferente!!)

Según Pine, de estos hallazgos científicos se puede sacar la conclusión de que “no solo somos lo que vestimos, sino que además nos convertimos en lo que llevamos puesto”, es decir, podemos utilizar nuestra ropa para ayudarnos a sentir más felices y seguros. Consultada por Efe-Reportajes sobre los elementos de la indumentaria que más pueden influir en nuestra mente y estado de ánimo, la doctora Pine proporciona las siguientes sugerencias :

1.    Una pieza de joyería especial, le hará sentirse como alguien que lleva una insignia o una medalla de honor”, según Pine.

2.    Los colores que se encuentran en la naturaleza, como el azul cielo, las tonalidades de la naturaleza (sobre todo el verde) o el amarillo del sol al amanecer, nos enlazan con el mundo natural, protegiéndonos de las emociones negativas y dándonos una ráfaga extra de energía”, señala.

3.    Según Pine, los patrones “juguetones”, como lunares o estampados abstractos, pueden resucitar aquellos sentimientos sin preocupaciones que experimentamos en la niñez.

4.   Los artículos de indumentaria no coincidentes, por ejemplo, una chaqueta de cuero sobre un vestido vaporoso; una prenda formal combinada con otra informal; o una ropa ‘vintage’ combinada con otra de estilo actual, pueden ser muy estimulantes, ya que el cerebro goza de novedad y sorpresa, según la profesora de la Universidad de la Universidad de Hertfordshire.
 
  
5. Vestir una de nuestras prendas favoritas, llevar una prenda llamativa en lugar de apagada o ponernos nuestro sombrero o zapatos preferidos, ayuda a ahuyentar la tristeza y a levantar nuestro ánimo, según Pine .
 
6.    Si llevas una temporada estresada, opta por ropa suelta y cómoda, con patrones relajados y en colores que se encuentran en la naturaleza: “te ayudará a recuperar el sosiego y reducir la tensión nerviosa”, señala Pine.

7.    Si nos sentimos cansados, la profesora Pine recomienda elegir patrones audaces o colores brillantes, que “harán las delicias de nuestro cerebro”, según concluye.

Y bueno, ella nos da un punto de vista más científico, pero… ¿quién no se ha puesto su vestido favorito en un momento de bajón, y se ha sentido un poquito mejor? J

 

1 comentario:

  1. Que buen post, a mi esto me ocurre con los colores de uñas, siempre las pinta del color segun mi estado de ánimo jajaja Besos

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