miércoles, 1 de octubre de 2014

Olivia Palermo: Noticias frescas!!

Ay, Olivia Palermo, Olivia, Oli… Tan mona, tan fina, tan rica…
Paseando por la gran manzana siempre tan ideal. Con tu perrito, al que paseas como si de un complemento más se tratase.
Olivia Palermo… ¿Cómo lo haces? ¿Cómo eres capaz de subirte a esos tacones y a mantener la sonrisa? ¿Cómo eres capaz de salir a menos 5 grados centígrados, en piernas y sonriendo? Y sin prisas. Como si la temperatura no te afectase. Como si la lluvia no te mojase. Como si fueras una pétrea estatua de mármol que espera a ser fotografiada… no una vez, no… cientos!!
Qué estrés debe de ser, ser tú. Qué presión. Nunca un mal gesto, nunca un mal outfit… ¿cuánto tiempo pasarás al día decidiendo qué ponerte? ¿y yendo de compras? ¿vas tú o te lo llevan directamente? ¿te lo llevan a casa en una bolsa de plástico serigrafíada con el logo, para que cante bien, igual que a mí los Sres. de venta on-line de HyM, o lo tuyo es otro rollo? ¿Acaso haces tus compras por teléfono, en VENCA, y es por eso por lo que siempre te vemos pegada a él?

Ay!, cuántas dudas. ¿y si resulta que a tí lo de la moda no te va demasiado, y que todo el mogollón que se ha formado contigo, es por pura casualidad?
Oli con Johannes, bailando un día cualquiera en una calle cualquiera, todo tan normal...
Si es que te imagino contándole a Johannes… (santo varón, que por cierto, queda fenomenal en las fotos):
- Jo, cari, si es que yo no entiendo nada… un día me levanté tardísimo, con una resacón del copón, tenía que bajar al perro, y toooda la toda la ropa en la lavandería. Como el pobre Paquito no podía esperar más, me enrollé una sábana, me lancé a la calle con las pantuflas, y para que mi vecina del quinto no me reconociese (una pájara envidiosa que me tiene una tirria que-pa qué), me puse las gafas de sol, y a la calle que salimos.
Resulta que a la salida del portal me encontré con el sobrino del portero, que era fotógrafo en prácticas, y como le hizo gracia mi careto de trasnochada, se puso a hacerme fotos. Por despiste, mezcló mis fotos con las de un catálogo de túnicas griegas que estaba preparando, y ¡ala...!, de ahí viene el lío: salí como ejemplo de cómo llevar la túnica en el día a día, y ya nada volvió a ser lo mismo. De la noche a la mañana, la gente me mira de forma rara: en el súper, en la biblioteca, en el centro social del barrio… Incluso en mi grupo de lectura “La evolución de la literatura prehispánica hasta hoy”, con todo este lío, veo estoy perdiendo credibilidad. Precisamente yo. Yo que fui la que descubrió la influencia de las civilizaciones mayas, incas y aztecas en la literatura, cultura, costumbres y desarrollo del continente Americano como hoy lo conocemos… .
Y por ahí sí que no paso.
Y encima es que la ropa no me gustaaa!! No sé cómo decirlo ya. Yo que siempre me pongo lo primero que pillo. Y que me visto por vergüenza. Y por frío, que por mí iría siempre desnuda (bueno, desde que me he casado, ya no…. Jijijiji)
El caso es que a mí esto de la moda que ni me va ni me viene. Yo soy más de pasear a Paquito. Y de hablar por teléfono. No os voy a engañar. Y de leer. Pero de leer no revistas con muchas fotos, no… libros gordos. Gordísimos. Pero nadie me pregunta por ello.
La moda, siempre la moda. Yo que ni sé, ni me importa (como en el chiste: Dice uno, - Qué es más grave, la ignorancia o el desinterés? Y le responde otro: -Ni lo sé ni me importa!! Jijijijii… qué chispa tengo… y que luego digan que soy sosita…en fin).
Pero sigo con lo que estaba contando. Por eso siempre sonrío y no hablo. No conozco a nadie. No sé quiénes son la gente de la que me hablan. Cuando conocí al señor ese viejito de la coleta blanca, pensaba que era algún conocido de mi abuela, y por eso le saludé amablemente. Luego me enteré que no. Que no conocía a mi abuela de nada. Aun así, me saludó muy serio y se hizo una foto conmigo. Le recordaría a su nieta. Pobrecito... Así que sonreí, para que se llevase de recuerdo una foto bonita. Y de repente, la sala se llenó de fotógrafos, y todos como locos a hacer fotos: qué majos. Todo porque el señor se llevase el recuerdo. Si es que en el fondo la gente es muy agradable. 

A la que pueden, se lanzan a ayudar.

Pero tengo más anécdotas, eh? El otro día, por ejemplo, saqué a pasear a Paquito, y como no encontraba el abrigo (si es que tengo una cabeza…) pues cogí la manta del sofá, y me la eché por encima… y ¡ala!, otra vez con el lío de las fotos…. que si no-se-qué de tendencia, que si qué estilazo que tenía… que qué prenda tan original… y sí, estoy de acuerdo con que es una manta muy bonita, y le tengo mucho cariño porque me la ha bordado la abuelita de Johannes con mis iniciales (qué detallazo tuvo la mujer), pero de ahí a la que se ha formado… ¡si es que tengo a la abuela asustada!!

Todo el mundo quiere que le borde una y la pobre mujer dice que ya ha trabajado bastante en la vida. Que diga algo en la tele para que la dejen de llamar…

¡Ésto es de locos, os lo digo yoooo!

Así que a la próxima que me pongan un micro delante, me lanzo. Me lanzo y lo confieso todo. Suelto que fue por casualidad. Que a mí, esto, no me mola. Que a mí los canapieses finos, como que no. Que yo soy más de chocolate con churros. Y que con tanto flash tengo a Paquito traumatizao. Ahí lo dejo.

5 comentarios:

  1. Jajaja, pues eso es lo que tiene el libre pensamiento,... el que mira y el que opina es que tiene la culpa jajajaja

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  2. un post muy divertido!! no he parado de reírme, jajaja! gracias por este rato que he pasado! ��

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  3. Muy gracioso el post. Me ha hecho comenzar el dia con una sonrisa. Gracias!

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  4. Aaajajajajajajajaj! Me partoooo!
    Besos!
    :-D

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